Para satisfacer a comensales con diferentes gustos, me parece muy divertido presentar los postres en plan buffet, con 3-5 opciones para elegir, o tomar pequeñas cantidades de todos, claro.
Para que la oferta sea variada, hay que intentar que hayan sabores frescos, cremosos, crujientes y no puede faltar el chocolate.
Una buena selección, que tiene la ventaja de componerse de recetas no muy laboriosas y que además se pueden hacer con antelación, sería:
- Mini trozos de brownie presentados sobre un plato alto espolvoreado con azúcar glas.
- Vasos de chupito con panna cotta cubiertos con salsa de frutos rojos.
Una idea completamente diferente para los postres sería servir una buena fuente de quesos, en plan francés. Lo puedes presentar con mermelada de cebolla, galletas saladas caseras y unas trufas de higos. Añadiendo una bonita selección de quesos y racimos de uvas blancas y moradas, puedes estar de sobremesa durante mucho tiempo.
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